Ya no queda ni falta nada.

Ahora ya queda todo dicho, ya no nos volveremos a saber el uno del otro. Moví ficha por ver si respondías, pero tu decidiste permanecer y anclarte en el pasado. Tenerme como aquel recuerdo que te sabe amargo,  como el té cuando le falta miel.

Preferiste sacar tus armas tan poco ingeniosas para intentar destruirme, junto con tu maldad en cada una de tus palabras. Que estas por lo visto, sólo son que tus herramientas para persuadir y manipular todo lo que te acontece, hablando así de post-verdades, hagamos explícito tu arte de mentir.

Me has pillado en mi estado más débil, pero no me rendí, por orgullosa innata. Tal vez sea por tener  una coraza, para así no tener que reconstruirme cada vez, porque pesa, y todo lo que pesa te acaba matando y dejándote en la miseria.

Creías conocerme, hasta en su momento te dejaste inyectar tinta traspasando tu piel para emblemar mi nombre, o al menos, eso dijiste. Pero este querido, no dice nada de mi, signo con falta de significado, al igual que cuando se habla de nuestra relación. Que en su momento pretendiste endulzarlo, por el mal sabor que dejaste la última vez. Pero no fue suficiente, era tarde ya te lo dije, pero te sorprendiste de no resultar lo que tu quisiste.

Ignorante. Por creer saberlo todo, cuando la dialéctica es tu mayor carencia.
Cobarde. Por no tener agallas de hablarme, cuando cotilleas hasta mis redes sociales.
Inmaduro. Por mostrarte a la defensiva de algo que ya es ceniza y oponerte a mover ficha.

Ahora ya queda todo dicho,  ya no me queda nada de ti,  solo eres aquel pasado que ya queda enterrado.

By: Arty Sirota